Culiacán, Sinaloa; 12 de noviembre de 2021 (Prensa Tomateros).-Los primeros títulos en la carrera de Roberto “Bobby” Magallanes, dentro del béisbol profesional, fueron vestido de guinda. El exjugador de cuadro, fue parte del primer bicampeonato en la historia de los Tomateros de Culiacán (1995-96 y 1996-97), así como de la primera corona en Series del Caribe (1996).
Recientemente, acaba de tocar lo más alto en cuanto a logros colectivos, dentro de la pelota de paga: la Serie Mundial. Magallanes fue coach asistente de bateo de los Atlanta Braves, durante la campaña 2021.
“Todavía pienso, ¿estoy sucedió? ¿Pasó esto? Es algo que se siente como en nubes, que está uno ahí, porque es el sueño de cada persona. Para eso trabajamos, para ganar una Serie Mundial”, nos dijo en exclusiva.
Los Braves estaban lejos de ser favoritos para ganar el más reciente Clásico de Otoño. De hecho, al finalizar julio, poseían marca de 54-55. Además, padecían la ausencia por distintos motivos, de bateadores como Ronald Acuña Hijo y Marcell Ozuna.
La oficina consiguió transformar el equipo antes de la fecha límite de cambios. Adam Duvall volvió tras una estancia con Marlins y además, sumaron a Eddie Rosario, Jorge Soler, así como Joc Pederson.
“Al Gerente le doy el crédito, qué movimientos hizo. Agarramos un nuevo outfield, fue lo que hicimos”, expresó.
El resultado, récord de 34-18 entre agosto y septiembre, victorias en postemporada contra Brewers y Dodgers, para cerrar con triunfo en seis juegos de Serie Mundial frente a los Astros.
Además del trabajo de oficina, la muy especial filosofía de trabajo, así como la dedicación, marcan diferencia en la organización de los Braves.
“Nos preparamos mucho. Eso es algo que fue clave, la preparación. Yo en lo personal llego temprano. Lo primero que hago es llegar al cuarto de video, ahí es donde paso horas”, comparte con nosotros Magallanes, sobre sus labores día a día.
“Recibimos mucha información nosotros, antes de cada juego. Pero es de nosotros y el mánager, cómo desmenuzar esa información y darle bocadillos a los peloteros”, agregó.
En tiempos en los que la sabermetría, domina la forma de concebir un equipo de béisbol de Ligas Mayores, el mánager Brian Snitker, discípulo del legendario Bobby Cox, lo hace un poquito diferente.
“Algo que Brian Snitker hace tremendo, es (considerar) el factor humano. El agarra todo esto (la estadística), pero también ve el juego”, describe el menor de los Magallanes.
“Hay organizaciones que no lo hacen así, los números dicen y es lo que vamos a hacer. Pero no ven el juego, no están viendo cómo va, si ese día el pitcher no durmió bien, o tuvo un calambre, qué se yo o tuvo diarrea y anda mal”, dijo, además.
UN CORAZÓN MUY GUINDA Y MEXICANO
Bobby, recuerda con mucha emoción, sus seis temporadas con los Tomateros, que trajeron a su vida par de títulos en tres finales, así como, el triunfo dentro del Clásico Caribeño. “Fue la mejor época de mi carrera como pelotero”, confesó.
“Todo eso, fue para esa afición. Jugamos por ellos, porque sin ellos no hay béisbol, sin ellos no nos pagan, esto es un espectáculo para la afición. Los llevo en mi corazón, a toda la Nación Guinda”.
Durante la más reciente Serie Mundial, Magallanes se tomó foto con la bandera mexicana y algunos paisanos, entre ellos José Urquidy y el expelotero, Édgar González.
A pesar de que nació en Los Ángeles, California y vive en los Estados Unidos, para él, ser mexicano, tiene un valor muy especial.
“Me dieron la bandera y me la puse con orgullo, porque esto fue para mis padres. Fue para mi papá, que me apoyó desde chiquito. El esfuerzo que hizo de México a los Estados Unidos, para probar su suerte y darnos una mejor vida”, nos compartió emocionado.
“En mi sangre, no hay ninguna gota americana. Es pura sangre mexicana”, finalizó.