LO HERMANOS URÍAS, DE MAGDALENA PARA GRANDES LIGAS

Magdalena de Kino, Sonora (María Guardado/MLB.com).-En la década de los 70, el receptor Sergio Robles conectó dos imparables en 16 juegos por los Dodgers y Orioles. Fue una carrera en Grandes Ligas completamente deslucida para uno de los jugadores más reconocidos en la historia del béisbol en México.

Un receptor conocido por sus habilidades detrás del plato quien ganó cinco campeonatos en la Liga Mexicana del Pacífico a lo largo de 19 temporadas con los Naranjeros de Hermosillo, Robles es una leyenda viviente en su país, particularmente en su pueblo natal Magdalena de Kino, un pintoresco pueblo colonial de poco más de 30,000 habitantes ubicado cerca de la frontera con Estados Unidos.

Robles, apodado “Kalimán”, un popular héroe mexicano de historieta, tiene su propia estatua por fuera del Estadio Padre Kino, un parque de pelota de 3,000 butacas que ha sido sede por muchos años del equipo amateur Membrilleros de Magdalena. Una liga juvenil local y otro pequeño campo de béisbol también llevan el nombre de Robles en su honor, lugares que también han sido casa de dos ligamayoristas oriundos de esta pequeña ciudad: los infielders Luis y Ramón Urías.

En 2018, el mismo año en que fue develada la estatua de Robles, Luis se convirtió en el segundo jugador de Magdalena en llegar a las Mayores cuando debutó con los Padres, quienes más tarde lo enviaron a los Cerveceros. Posteriormente, su hermano tres años mayor que él, Ramón, recibió su primer llamado con los Orioles en 2020.

“Siento que la mayoría de la gente los reconoce y se sienten orgullosos de que provengan de Magdalena y de que estén representando a Magdalena y a la gente de México”, dijo Ramón Urías padre. “La gente los estima bastante, y nos sentimos bien agradecidos por ello. Toda esa gente nos ha apoyado a lo largo de sus carreras. Se han ganado el cariño de toda la gente. Se sienten bien orgullosos de lo que han logrado hasta ahora”.

Los hermanos Urías estuvieron a punto de cumplir su sueño de representar juntos a México en el Clásico Mundial de Béisbol que arranca el sábado, pero esos planes no se concretaron debido a que Ramón no pudo integrar el roster debido a temas relacionados con el seguro médico. Sin embargo, su hermano Luis figura como pieza clave en la selección azteca, que junto a Estados Unidos, Colombia, Canadá y Gran Bretaña integran el Grupo C con sede en el Chase Field en Phoenix y que intentará avanzar a la siguiente ronda del torneo por primera vez desde 2009.

No obstante, es difícil imaginar a Luis en esta posición sin Ramón, quien lo ayudó en su camino de ser un pequeño peloterito oriundo de Magdalena a convertirse en un ligamayorista.

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“En el caso de Luis, creo que su mayor progreso fue gracias a su hermano”, destacó Víctor Ochoa, quien fue coach de ambos hermanos en su niñez. “Siempre tuvo el apoyo de su hermano mayor, quien lo ayudó en todo momento. … Ramón le dio muchos consejos a Luis. Él fue su soporte, siempre ayudándolo”.

Luis agregó: “Si él estaba aprendiendo algo a los 18, me lo enseñaba cuando yo tenía 15 … Como hermano menor, cualquier cosa que él hacía, yo trataba de imitarlo. Quería ser como él, y cuando él [firmó], yo dije, ‘Bueno, yo también quiero ser un jugador de béisbol’”.

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En 2001, la Secretaría de Turismo de México puso en marcha el Programa Pueblos Mágicos, con el fin de impulsar el desarrollo turístico en localidades del país, que se caracterizan por contar con arquitectura histórica, excepcionales paisajes naturales y tradiciones arraigadas.

Dream Champions with Luis Urías

Actualmente, existen dos pueblos mágicos en Sonora. Éstos son Álamos y Magdalena de Kino, ubicada a 80 kilómetros de la frontera de Sonora con Arizona, una pintoresca ciudad, con paisajes históricos y calles empedradas. Magdalena se caracteriza por deliciosos platillos regionales y nacionales, lugares para acampar y coloridas fiestas que recuerdan con alegría las raíces y tradiciones de México. Este pueblo, habitado por nativos Tohono O’odham y los indios Pima Alto, fue fundado por el padre Kino como la misión de Santa María Magdalena de Buquibaba en 1687, nombre que conservó hasta 1966.

Esta ciudad es típica por el Templo de Santa María Magdalena, donde se venera la imagen de San Francisco Javier. Ahí también está la cripta del Padre Kino, donde se encuentran los restos del Misionero Jesuita Eusebio Francisco Kino.

Pero en Magdalena también hay otra religión. El béisbol.

El fútbol soccer sigue siendo el deporte más popular a nivel nacional en México, pero el béisbol es el deporte rey en el norte del país, especialmente después del surgimiento de la leyenda de los Dodgers en la década de los 80, Fernando Valenzuela, otro nativo del estado de Sonora. En Magdalena, la rica tradición beisbolera se celebra en lugares típicos de comida como el “Restaurante Home Plate”, ubicado a unas cuantas cuadras de la Plaza principal y cuyo platillo principal son los antojitos mexicanos -- tacos dorados, menudo, tortas, etc. – presentados todos dentro de un menú estilo lineup de béisbol.

“Aquí en México tenemos muchos fanáticos del béisbol”, manifestó Ochoa. “Tenemos aficionados de hueso colorado apasionados del béisbol. No tenemos tantos fans como los tiene Estados Unidos, pero nos encanta el béisbol. Vamos a seguirlo mientras vivamos. Para mí, el béisbol es una enfermedad que no se curará hasta que muera, de verdad”.

Los hermanos Urías se sintieron atraídos por el llamado Rey de los Deportes gracias a su padre, un normalista de la ciudad vecina de Santa Ana, Sonora, quien motivó a sus dos hijos a comenzar a jugar el béisbol desde muy pequeños.

“Literalmente jugábamos todos los días”, recordó Luis, de 25 años. “Puesto que Magdalena es una ciudad pequeña, todo lo que hacíamos era jugar béisbol todos los días”.

Ramón, de 28 años, fue el primero en debutar en la liga local y recuerda claramente su primer juego en el pueblo aledaño de Cucurpe cuando tenía 6 años. Luis, de su parte, inicialmente tuvo que ser persuadido a acompañar a su hermano a los campos de Magdalena.

“Mi padre me inculcó el béisbol”, admitió Luis, a quien le apodan “Wicho”. “Yo no quería. Me sentía avergonzado cuando jugaba béisbol. Luego me gustó, pero batallaba para salir de casa e ir a entrenar. Creo que ese es mi primer recuerdo que nunca olvidaré. Que ellos me obligaban a jugar cuando era niño, y aquí estamos ahora”.

A pesar de tener personalidades distintas -- Ramón es un poco más reservado, mientras que Luis es extrovertido -- la pareja de hermanos comparte habilidades natas para el béisbol, mismas que les valieron el reconocimiento de la gente en la región.

“A los 5 años el talento de Ramón era evidente”, aseveró José Ramón Urías Celaya, un funcionario del deporte en Magdalena. “Ramón mostró unas manos excepcionales desde el principio, y era un gran bateador. Luis tuvo una época en la que comenzó a jugar, pero luego se estancó un poco. Pero luego regresó, y algo bien especial en él es su alegría. Siempre se divierte jugando. Ramón es muy serio”.

Cuando tenía 15 años, Ramón salió de casa para firmar con los Diablos Rojos del México en la liga de verano, aunque no le tomó mucho tiempo experimentar los altibajos que trae consigo el béisbol profesional. En la siguiente década, Ramón sería firmado y luego dejado en libertad por los Rangers, designado para asignación por los Cardenales y reclamado de la lista de waivers por Baltimore, donde finalmente debutó en la Gran Carpa a la edad de 26 años y se adjudicó el Premio Guante de Oro de la Liga Americana en la tercera base el año pasado.

Sus retos se convirtieron en lecciones para Luis, quien tuvo un camino más despejado y rápido rumbo a las Mayores tras haber sido descubierto por un escucha de los Padres a los 16.

“Obviamente, fue difícil dejar a mi familia, a mi hermano”, reconoció Ramón. “Pero mi meta era clara. Sabía lo que quería. Quería jugar béisbol. ... Fue una gran experiencia de aprendizaje, y creo que también le ayudó a mi hermano. Luis se fue tres años después, y yo ya había pasado por varias cosas que quizás lo ayudaron a iniciarse en el béisbol profesional”.

Los hermanos Urías continúan apoyándose uno al otro en las Mayores, a menudo se dan consejos de cómo enfrentar a los mejores lanzadores de la liga como el as de los Yankees, Gerrit Cole, y también comparten en familia a través de sesiones de videojuegos en sus PlayStations.

Aunque Ramón y Luis pasan la mayoría del año en los Estados Unidos, sus raíces y el amor por su pueblo natal permanecen intactos.

Al igual que Sergio “Kalimán” Robles, los hermanos Urías son ahora figuras bien reconocidas en Magdalena y sus alrededores. Hace dos años, el gobierno municipal reconoció sus trayectorias al nombrar una calle de la ciudad ubicada frente al Estadio Padre Kino en honor a ellos. Tras una reciente práctica en febrero en uno de los campos de Magdalena, los hermanos Urías recibieron la visita de niños de la localidad, quienes hicieron fila para pedir autógrafos y tomarse selfis con sus héroes.

“Como podrán imaginarse, dos hermanos provenientes de Magdalena en las Grandes Ligas, eso le trae mucho orgullo al pueblo”, expresó Luis Millán, amigo de los Urías desde la infancia. “Quizás no tengamos muchas academias, pero los niños ahora están más motivados porque saben que dos hermanos de Magdalena lograron su sueño de jugar en las Mayores.”

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México podría no estar representado en Grandes Ligas con la clase de talento que tienen potencias como Estados Unidos y la República Dominicana, pero la escuadra azteca ha armado un roster bien competitivo y tiene la esperanza de llegar lejos en este Clásico Mundial de Béisbol.

Luis, quien también jugó por México en la edición 2017 del WBC, tendrá como compañeros a caras nuevas como el as de los Dodgers Julio César Urías (no tienen relación), el patrullero de los Rays Randy Arozarena, su compañero con los Cerveceros Rowdy Téllez, el zurdo de los Angelinos Patrick Sandoval, y el derecho de los Filis Taijuan Walker, convirtiendo a México en uno de los favoritos para avanzar a la siguiente fase del torneo en el Grupo C junto a la selección de EE.UU.

“Creo que es uno de los mejores sentimientos representar a tu país”, confesó Luis. “Creo que eso es lo que siempre quise. Portar la bandera de México siempre será motivo de orgullo para mí. Siempre que tenga la oportunidad de representar a México, la tomaré”.