Culiacán, Sinaloa; 17 de abril del 2020 (Prensa Tomateros).- Parte del futuro guinda está en el talento del joven receptor Alfredo Hurtado, quien, en su primera temporada con los Tomateros de Culiacán, ya vivió la gloria de un campeonato.

Hurtado, de 22 años, fue tomado como primera selección del Draft de la Liga Mexicana del Pacifico 2019, y comenzó a vivir el sueño de portar la casaca guinda desde el inicio de la pretemporada.

“Fue una noticia caída del cielo, algo que esperábamos desde hace muchos años atrás, salir en el Draft con cualquier equipo; era un sueño estar con Tomateros, siendo el mejor equipo de la Liga, era algo que no me lo imaginaba en el momento, y cuando se dio a conocer que yo iba a pertenecer a la organización fue un sueño más cumplido, no me caía el 20 ya hasta que estuve en los campos de entrenamiento”, afirmó el cátcher.

El sonorense califica como indescriptible la emoción de levantar el decimosegundo campeonato de los Tomateros el pasado 30 de enero y, además, vestir los colores del representativo mexicano en la Serie del Caribe 2020, celebrada en Puerto Rico.

“Esta temporada con Tomateros de Culiacán fue el despegue de mi carrera, fue mi debut en el inverno, pero así como fue el despegue, fue lo mejor; primer campeonato, fui invitado a Serie del Caribe, fue algo increíble presenciar todo lo que pasa ahí en el estadio. Estar en el mejor estadio de toda Latinoamérica, tener a la mejor afición, estar en el mejor equipo, la mejor organización, yo creo que eso es algo que me va a servir mucho en mi carrera para no conformarme después, y buscar lo mismo todos los años”.

Hurtado vivió una campaña de muchas emociones, pero específicamente destacó el primer imparable que conectó con los guindas.

“Del primer hit lo recuerdo todo. Recuerdo desde un día anterior que me quedé esperando turno en la última entrada, el último out se hizo un bateador antes que yo, los nervios ese día y la desesperación por no haber bateado”.

“Se me dio la oportunidad al día siguiente con corredores en posición de anotar, y simplemente traté de hacer un contacto, gracias a Dios se dieron las cosas, fue un alivio ya que cayó el hit, fue un alivio para los días siguientes, ya cero nervios. Al igual que nunca voy a olvidar toda la temporada, el primer hit nunca se olvida”, compartió.

Asimismo, comentó que aprovecha el talento y la experiencia de sus compañeros en el vestidor para crecer como pelotero, y que especialmente mira en Ali Solís un ejemplo en la receptoría.

“A todos en el clubhouse se les aprende, pero si dentro del equipo hay varios jugadores ya con mucha experiencia, como lo son Peña, Solís, Manny Barreda, muchos que te van enseñando, pero el que más trato de seguir es Ali Solís, por la posición que jugamos y por la carrera que él tiene y todavía está formando”.

El joven cátcher aseguró que su familia juega un papel fundamental en su vida y en su carrera, y para calificar aún más especial su primer año con los 12 veces campeones, esta fue la primera ocasión que sus padres lo vieron jugar béisbol profesional.

“Que me hayan visto jugar es lo máximo, un sueño cumplido para mí y para mis papás, ya que ellos nunca me habían tenido la oportunidad de verme en un nivel profesional, fue un momento que nunca olvidaremos tanto yo como mi familia, fue algo muy bonito la verdad”.

“Mucho, sino todo lo que hago dentro del campo lo relaciono con mi familia, es un trabajo, a lo que me estoy dedicando, algo que primeramente Dios me va a dar para poder brindarles mejor vida después, todo lo hago pensando en ellos, concentrado en el juego, pero concentrado en hacerlo mejor para ellos también, que me están viendo en casa, y tratar de que se sientan orgullosos de mi”, finalizó.